domingo, 31 de marzo de 2013

¿Por qué los estudiantes abandonan la Universidad?


Me pidieron que planteara una hipótesis sobre por qué los estudiantes deciden abandonar su carrera universitaria, fenómeno que es muy común y preocupante en la Argentina. Después de leer algunos artículos periodísticos sobre la actualidad de este tema, decidí utilizar como marco teórico conceptual el que me fue provisto desde la sociología por Karl Marx, desde el psicoanálisis por Sigmund Freud, y desde la pedagogía por Paulo Freire. Esto es lo que salió:




En la Universidad, la enseñanza sigue siendo (al decir de Paulo Freire) de tipo “bancaria”, al igual que en el primario y en el secundario. Son demasiado pocas las cátedras dispuestas a abrirse ante la realidad que vivencian los estudiantes que cursan la materia que las primeras dictan. No hay conciencia, ni interés, ni idea de cómo trabajar con estas realidades para incorporarlas de manera fructífera al proceso de enseñanza y aprendizaje. Así, se termina ofreciendo una transmisión de contenidos descontextualizados y, por ende, alienantes.

Existe una tradición pedagógica de promover el estatismo disciplinante, exaltando el orden y el silencio, y fomentando la concepción de éxito/fracaso dependiente del resultado de un examen, calificando mediante una escala de notas que premian la capacidad de reproducción de los conocimientos impartidos, pero que dejan poco espacio al desarrollo de la visión crítica y de la creatividad; esta tradición es arrastrada desde el nivel primario y soportada como una pesada carga en el nivel secundario, que, dicho sea de paso, ya presenta en nuestro país un elevadísimo índice de deserción.

Así las cosas, los pocos que logran terminar el colegio y que además se inscriben en una carrera universitaria, cumplen inexorablemente con una tendencia común en el psiquismo adolescente: la idealización. De modo inconsciente, los ingresantes a la Universidad imaginan que en su seno se encontrarán prontamente con su autorrealización personal. Después de todo, y luego de varios años de tener que aprobar exámenes de materias que no decidieron estudiar, sino que les fueron impuestas por la currícula obligatoria del gobierno, ahora por fin se encuentran con la posibilidad de aprender contenidos específicos de una carrera que ellos mismos eligieron, en condiciones de relativa autonomía.

Sin embargo, este ideal de inmediata autorrealización (exagerado, por cierto), contrasta rápidamente con la experiencia de las asignaturas universitarias, ignotas hasta entonces, y de las clases que, una vez más, parecen perpetuar esa desmesurada exigencia de disciplina, desmesurada al punto de recrear la sensación de que se busca reprimir las propias capacidades críticas y creadoras. Este choque entre el mundo interno y el externo, entre unas expectativas individuales sobredimensionadas y un sistema educativo cerrado sobre sí mismo, produce nada menos que una fuerte frustración en los jóvenes, pero debido al proceso de alienación al que son sometidos desde niños en la escuela, y fundamentalmente en el colegio cuando son adolescentes, los chicos no perciben a todo esto como una de las causas de su “fracaso” universitario.





A continuación, podrán encontrar los artículos periodísticos a los que me referí al principio de esta entrada:




Para sintetizar, éstas son las principales hipótesis que se podrían extraer de la lectura de La Nación y Clarín (quiero aclarar que, según mi modesto entender, la mayoría de las causas enumeradas más abajo sólo rozan la superficie del problema):
  1. Una diferencia que se atribuye a que, en el ámbito privado, hay más exigencia y seguimiento personal de los alumnos junto a una menor dificultad en el contenido de las disciplinas que ellas dictan. (LA NACIÓN)
  2. "Las tasas de graduación universitaria más altas corresponden hoy a países desarrollados, donde más de 30 jóvenes cada 100 en edad para graduarse han obtenido un título universitario", escribió Alieto Guadagni, miembro de la Academia Nacional de Educación, en el informe "Deserción, desigualdad y calidad educativa", publicado por Econométrica SA. "En el país son menos de 14 jóvenes cada 100 en edad de graduarse los que obtienen un título universitario; un nivel de graduación inferior al de Panamá, Brasil, México, Chile y Cuba", dijo Guadagni a La Nacion. "La tasa bruta de matriculación en estudios superiores de jóvenes de entre 18 y 24 años alcanza en nuestro país al 60%, mientras que el promedio del continente es de menos del 30%", dijo Gill e identificó dos causas de este fenómeno. Una es la creación, desde hace dos décadas, de nuevas universidades "en el interior del interior" y la otra la gratuidad de la educación superior. (LA NACIÓN)
  3. El problema de la baja tasa de egreso y alta proporción de deserción universitaria "arranca en el pozo negro que hay entre los niveles secundario y universitario, entre los que no hay diálogo". (LA NACIÓN)
  4. Otra de las estrategias puestas en marcha por el Ministerio de Educación nacional para retener a los estudiantes y acompañarlos hasta la graduación fue el programa de becas "Del Bicentenario", con el que, según Dibbern, se redujo en un año el 63% de casos de deserción. (LA NACIÓN)
  5. En las universidades argentinas impera la ley de los más aptos: sólo llegan al diploma los que están mejor preparados. Dentro de las aulas se cuece una especie de “darwinismo académico”. (CLARÍN)
  6. El 86% de los ingresantes a una carrera no conocen a un profesional del área , que les pueda contar cómo es la vida laboral de la profesión elegida. “En el primer año, los alumnos tienen un contacto más real con otros alumnos, la universidad y los docentes. Y se encuentran con otra realidad: no es el imaginario que ellos esperaban”, ilustra Alexis Genuth, fundador y CEO de InterUniversidades.com. Para el ejecutivo, es imperioso que “los jóvenes accedan a más información”. (CLARÍN)
  7. Los expertos apuntan contra el secundario. “Todo arranca de la falencia del secundario, que es de lo peor de nuestra educación”, sentencia Horacio Sanguinetti, presidente de la Academia Nacional de Educación y ex rector del Nacional Buenos Aires. Y agrega: “Cuando los chicos terminan el secundario no saben ni cómo se llaman. No tienen idea de qué se trata la universidad. Y cuando llegan tropiezan con exigencias a las que no están ni remotamente acostumbrados”. Abraham Gak, profesor honorario de la UBA y ex rector del Pellegrini, coincide: “Es muy importante cómo llegan a la universidad. La salida del secundario es muy dispar, con falencias significativas tanto en escuelas públicas como privadas. No hay una real igualdad de oportunidades”. (CLARÍN)
  8. También es cierto que graduarse hoy es muy distinto a recibirse a mediados del siglo pasado. “En mi época, el estudio era garantía de ascenso social”, recuerda Gak. "Lo de ‘mi hijo, el doctor’ era una especie de ‘mi hijo va a tener un mejor futuro que el mío’. Ahora eso no existe: uno puede estudiar y no progresar –asegura–." Testimonio: Tienen 21 años y son pareja. Bárbara empezó el CBC de Medicina y al año abandonó. Sven dejó derecho tras el primer cuatrimestre. Ahora venden sándwiches gourmet en Belgrano. “Veo este trabajo como una herramienta para juntar plata; estudiaría luego como hobby –dice ella–. Hoy podés ganar más dinero con un emprendimiento propio que gente que estudió nueve años. No quiero frustrarme”. (CLARÍN)
  9. Para Rafael Gagliano, docente universitario especializado en Historia de la Educación (UBA-Unipe), la ansiedad de los alumnos (el quererlo todo rápido, todo ya) influye para que abandonen la carrera en el primer año. “Los alumnos de hoy quieren respuestas rápidas y tienen muy baja tolerancia a la frustración. Esa baja tolerancia hace que asuman una frustración como el fin de su carrera. Lo cierto es que el fracaso es recuperable y se puede salir adelante”. (CLARÍN)
  10. Hay factores económicos que podrían conspirar contra el progreso normal de la carrera: “En la UBA los chicos realmente trabajan. Hay un alto porcentaje de jóvenes que ya tienen una necesidad de costear sus estudios o de ayudar a sus familias. No creo que sea un factor determinante, pero fragiliza sus trayectorias”, describe Gagliano. (CLARÍN)
  11. Itai Hagman, ex presidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), aporta otra mirada y culpa al CBC. “Muchas veces tiene un criterio de filtro. A muchos estudiantes que no tienen una formación secundaria de alto nivel les cuesta muchísimo y quedan afuera. La UBA no tiene hoy herramientas para aquellos alumnos a los que les cuesta más, o que trabajan”, protesta. (CLARÍN)




viernes, 31 de agosto de 2012

Creatividad menospreciada

En los párrafos siguientes se relata una situación en la que se rechazó el ingreso de una estudiante a la universidad de Yale. Al final de este artículo encontrarán un enlace a una escena de la película Legalmente rubia, donde ocurre la muy improbable admisión de una persona considerada "rara" o "excéntrica". No se lo pierdan.

"Hace algunos años, uno de los autores de este libro desempeñaba las funciones de director de estudios de doctorado en el Departamento de Psicología de Yale, y se interesó especialmente en la solicitud de matrícula de una candidata singular que llamaremos Barbara. Fue un verdadero caso de desafío para las pruebas-examen. En realidad, sus calificaciones (en el Graduate Record Examination o GRE) eran abismales en relación a los estándares de Yale. A pesar de ello, las cartas de recomendación eran entusiastas y describían a Barbara como intuitiva, creativa y, también, como una joya de persona. Estas cartas fueron escritas por personas que conocíamos y respetábamos, entre ellas un doctor distinguido de nuestro propio ciclo de doctorado del Departamento de Psicología que había logrado alcanzar un considerable renombre en nuestro ámbito disciplinar. Además, las cartas decían que si teníamos dudas, examináramos el trabajo de Barbara. Barbara había incluido un dossier de su trabajo que constaba incluso de artículos publicados, algo raro entre los aspirantes a matricularse en el doctorado de Yale. Cualquiera que se hubiera tomado la molestia de leer el trabajo, como hizo quien ahora escribe, se hubiera quedado impresionado por la creatividad y la imaginación de la que hacía gala.
Cuando a la comisión de admisión le llegó el momento de reunirse, el autor esperaba que el caso de Barbara pasaría como una seda, porque si bien las calificaciones eran bajas, el trabajo habla por sí mismo. Al fin y al cabo, ¿qué mejor pronóstico de un trabajo creativo en el futuro puede haber que un trabajo creativo en el pasado? Los miembros de la comisión de doctorado siempre habían hablado de lo desesperados que estaban buscando estudiantes creativos, y ésa era la oportunidad para hacer valer la sinceridad de su palabrería. En realidad, el caso de Barbara fue discutido minuciosamente. La votación tuvo como resultado cinco contra uno a favor de no admitirla, y sólo quien escribe estas líneas votó favorablemente su admisión.
La historia de Barbara es verídica, no sólo para el caso de Barbara sino para el de decenas de miles de otras Barbaras. Al final de la jornada, cuando todas las credenciales de los candidatos se habían examinado, a menudo había más que suficientes estudiantes con buenas calificaciones para llenar un aula de licenciatura, de doctorado o de máster, ¿por qué entonces arriesgarse con alguien que no realizó con brillantez los exámenes? El resultado a lo que ello conduce, creemos, es que se hace descarrilar a decenas de miles de individuos potencialmente creativos de las vías de acceso a la educación superior porque no pasan con holgura los exámenes. En el caso de Barbara este descarrilamiento fue especialmente irónico, porque su problema no consistía en una falta de memoria o de habilidades analíticas sino más bien en la ansiedad ante el examen. Los individuos que se angustian ante los exámenes pagan un tremendo precio en la sociedad estadounidense, porque resultados importantes como los mencionados dependen de los resultados alcanzados en los exámenes. Además, los individuos que no pasan con holgura las pruebas son apartados no sólo de la posibilidad de ser admitidos en programas de licenciatura o doctorado prestigiosos, sino también de la admisión en otros programas comparables, porque utilizan las mismas pruebas del mismo modo para decidir las admisiones que realizarán."

Fragmento extraído del libro La creatividad en una cultura conformista. Un desafío a las masas, de Robert J. Sternberg y Todd I. Lubart, editorial Paidós, año 1995. Este fragmento se encuentra en las páginas 39 y 40, dentro de un epígrafe titulado "La tiranía de los exámenes".

http://www.youtube.com/watch?v=DU_zM3HLCUU&feature=related

jueves, 30 de agosto de 2012

CREATIVIDAD


"Nuestra investigación y las observaciones de nuestros sujetos señalan la existencia de seis recursos personales que son necesarios para (...) producir un trabajo creativo:


  1. La inteligencia
  2. El conocimiento
  3. Estilos de pensamiento
  4. Personalidad
  5. Motivación
  6. Contexto medioambiental
En general, la presión que invita a la conformidad es fuerte, acechando siempre la posibilidad de quedar en un colosal ridículo al estar en desacuerdo con la multitud. Con todo, para ser creativo, es preciso correr ese riesgo.

La creatividad es, en parte, producto de una interacción entre una persona y su contexto. Un marco que estimula las ideas creativas, las alienta cuando son presentadas y recompensa una amplia gama de ideas y comportamientos, seguramente fomentará un pensamiento original e inconformista."

Fragmentos extraídos del libro La creatividad en una cultura conformista. Un desafío a las masas de Robert J. Sternberg y Todd I. Lubart. Editorial Paidós. 1995.

Liberación individual y colectiva se condicionan mutuamente

"En el centro de sus pensamientos se encuentra pues la autonomía del individuo, alcanzando unas conclusiones profundamente emancipadoras del movimiento social. Según Görz, el desarrollo individual es la condición sine qua non de la transformación de la sociedad." http://es.wikipedia.org/wiki/Andr%C3%A9_Gorz


"Sartre escribe que en el ser humano «la existencia precede a la esencia», contrariamente a lo que se había creído en la filosofía precedente. ¿Qué quiere decir esto? Sartre da un famoso ejemplo: si un artesano quiere realizar una obra, primero «la» piensa, la construye en su cabeza: esa prefiguración será la esencia de lo que se construirá, que luego tendrá existencia. Pero nosotros, los seres humanos, no fuimos diseñados por alguien, y no tenemos dentro nuestro algo que nos haga «malos por naturaleza», o «tendientes al bien» —como diversas corrientes filosóficas y políticas han creído, y siguen sosteniendo—. «Nuestra esencia, aquello que nos definirá, es lo que construiremos nosotros mismos mediante nuestros actos», que son ineludibles: no actuar es un acto en sí mismo, puesto que nuestra libertad no es algo que pueda ser dejado de lado: ser es ser libres en situación, ser es ser-para, ser como proyecto." http://es.wikipedia.org/wiki/Sartre


"A menudo la violencia encuentra una forma de canalizarse socialmente, materializándose en un mecanismo conocido de regulación de grupos en crisis: el mecanismo del chivo expiatorio. Destruir al que no es seguidor, al que se resiste, al diferente, al que sobresale académicamente, al imbuido de férreos principios morales, etc." http://es.wikipedia.org/wiki/Acoso_escolar



"Típicamente, los psicólogos sociales explican el comportamiento humano como resultado de la interacción de estados mentales y situaciones sociales inmediatas. En la heurística de Kurt Lewin, el comportamiento puede ser visto como una función de la persona y el medioambiente, C=f(P, M). En general, los psicólogos sociales tienen una preferencia por los hallazgos empíricos basados en laboratorios. Sus teorías tienen tendencia a ser específicas y enfocadas, en vez de globales y generales.
La psicología social es un dominio interdisciplinario que salva el espacio entre la psicología y la sociología. Durante los años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial, había una colaboración frecuente entre psicólogos y sociólogos.2 Sin embargo, las dos disciplinas han virado hacia una actitud cada vez más especializada, aislándose la una de la otra. En años recientes, los sociólogos se han centrado en macro variables (por ejemplo, la estructura social), yendo hacia una extensión mucho más grande. No obstante, los enfoques sociológicos de la psicología social se convierten en una contraparte importante a la investigación psicológica en el área." http://es.wikipedia.org/wiki/Psicolog%C3%ADa_Social

martes, 28 de agosto de 2012

División social del trabajo

TAYLORISMO

"El sistema de Taylor bajó los costos de producción porque se tenían que pagar menos salarios, las empresas incluso llegaron a pagar menos dinero por cada pieza para que los obreros se diesen más prisa. Para que este sistema funcionase correctamente era imprescindible que los trabajadores estuvieran supervisados y así surgió un grupo especial de empleados, que se encargaba de la supervisión, organización y dirección del trabajo. Este proceso se enmarcó en una época (fines del siglo XIX) de expansión acelerada de los mercados que llevó al proceso de colonialismo, que terminó su cruzada frenética en tragedia a través de las guerras mundiales.

Hacia 1912 y 1913 se produjeron numerosas huelgas en contra de la utilización del sistema de Taylor.

Los fines del modelo consistían en aumentar la productividad, consiguiendo más por menos, cuestión que desemboca en la descualificación de los obreros. Con la división del trabajo se eliminan costos y el trabajo artesanal, se consigue que el conocimiento pase a los ingenieros, los oficios dejan de tener la posición preferente y negociadora que tenían hasta el momento, así el trabajador pierde ese poder negociador como resultado de la conversión a tareas simples. La fragmentación del trabajo produce una descualificación al destruirse los antiguos oficios, fragmentándolos y descomponiéndolos, aumentando la eficiencia y bajando los costos ya que al trabajador que lleva a cabo tareas simples se le paga menos. Este sistema conlleva un problema: el monopolio del conocimiento, interés en que ese conocimiento no trascienda para así lograr mantener aquél régimen.


El taylorismo digital somete las tareas, hasta hace poco consideradas no mecanizables -de caracter creativo, intelectual-, propio de las clases medias y muchos profesionales, al mismo destino que las artesanales, son codificadas y digitalizadas consiguiendo que la capacidad humana de decisión y juicio pueda ser sustituida por programas automáticos con protocolos de decisión informatizados -mecanizados-. Además, por su facilidad de deslocalización y movilidad técnica de los procesos -propia de las conexiones globales informatizadas- los empleos son fáciles de exportar, cambiar y sustituir.1
Son los países desarrollados los que más van a sufrir el taylorismo digital ya que las tareas informatizables aumentan día a día y es en los países en desarrollo y subdesarrollados donde se encuentran salarios cada vez más bajos.1"

Fragmentos extraídos de: http://es.wikipedia.org/wiki/Taylorismo

No se pierdan este video: http://www.youtube.com/watch?v=XFucMcIF-0o

domingo, 26 de agosto de 2012

Semillas

‎"Detrás de su aspecto inocente, la semilla está totalmente comprimida, crispada porque contiene un árbol entero. Pues lo mismo sucede con ciertas partes de nosotros que están comprimidas y crispadas y que únicamente piden poder desarrollarse. Mientras estas semillas no están en la tierra, permanecen tensas. Una semilla que no se desarrolla arma un escándalo silencioso."









COMO HACERTE SABER
"... QUE PARA QUE NOS QUIERAN DEBEMOS MOSTRAR QUIENES SOMOS
QUE PARA QUE ALGUIEN SEA, HAY QUE AYUDARLO
QUE AYUDAR ES PODER ALENTAR Y APOYAR..."

MARIO BENEDETTI


http://psicoletra.blogspot.com.es/2012/08/la-sabiduria-de-los-cuentos-los-poemas.html

¿Autorrealización (innato) o motivación de logro (aprendizaje)?

"Hay otra diferencia ESENCIAL entre los teóricos de la autorrealización y los de la motivación de logro. Mientras los primeros conciben aquélla como una necesidad innata del hombre, consustancial a su propia naturaleza, los segundos defienden que la motivación de logro se adquiere de acuerdo con las leyes del aprendizaje (McClelland, Atkinson y cols. 1953). La distinción parece consecuente con la diferente perspectiva que adoptan frente al tema. Si se considera la autorrealización como una necesidad fundamental de la existencia, parece lógico suponer que cualquier hombre debe sentir la tendencia a alcanzar el techo de sus posibilidades. Pero, en la medida en que el motivo de logro o de rendimiento se reduce a una de las modalidades de conseguir esta autorrealización, parece procedente admitir que se adquiere mediante el aprendizaje social, dependiente de influencias ambientales variables para cada individuo."

"... el hombre se halla genéticamente dotado para recoger el reto proporcionado por la herencia cultural de intentar obtener lo mejor de sí mismo. Esto es lo que entendemos como tendencia a la autorrealización. En la medida en que en nuestra sociedad las mejores oportunidades de alcanzar esta meta se ofrecen a través del ejercicio de una actividad ocupacional, proponemos como definición de vocación la tendencia, cuajada de una decisión, a alcanzar la propia autorrealización mediante el ejercicio de una profesión."

Extraído del capítulo I del libro Psicología y orientación vocacional (un enfoque interactivo), de Carlos Castaño López-Mesas. Ed. Marova. 1983.